Cuando sepas hallar una sonrisa
En la gota sutil que se rezuma De las porosas piedras, en la bruma, En el sol, en el ave y en la brisa; Cuando nada a tus ojos quede inerte, Ni informe, ni incoloro, ni lejano, Y penetres la vida y el arcano Del silencio, las sombras y la muerte; Cuando tiendas la vista a los diversos Rumbos del cosmos, y tu esfuerzo propio Sea como potente microscopio Que va hallando invisibles universos, Entonces en las flamas de la hoguera De un amor infinito y sobrehumano, Como el santo de Asis, diras hermano Al arbol, al celaje y a la fiera. Sentiras en la inmensa muchedumbre De seres y de cosas tu Ser mismo; Seras todo pavor con el abismo Y seras todo orgullo con la cumbre. Sacudira tu amor el polvo infecto Que macula el blancor de la azucena, Bendeciras las margenes de arena Y adoraras el vuelo del insecto; Y besaras el garfio del espino Y el sedoso ropaje de las dalias... Y quitaras piadoso tus sandalias Por no herir las piedras del camino. ENRIQUE GONZALEZ MARTINEZ, (MEXICANO, 1871-1952)
EL CAMINO DE REGRESO
FILOSOFIA Y LITERATURA
R E L I G I O N
P O E M A S